martes, 14 de febrero de 2012

EL PRINCIPE MARCO AURELIO Y LA PLEBELLA MARTINA


Érase una vez un principe llamado Marco Aurelio,
que por órden de su padre el Rey Romeo,
encerrrado en un castillo había vivido,
tanto amaba a Marco Aurelio el Rey Romeo 
que protegerlo del mundo exterior él procuró, 
todos los gustos que pudo, a su Marco Aurelio él le dió.
Físicamente y en bondad, aquel principe creció.
De las cosas de la vida, ser sabio aparentaba, 
escrupuloso y talentoso, asombraba a sus maestros con su ingenio
un sólo defecto aquel principe, parecer tenía, 
perezoso como un oso a cada uno parecía.
De que al mundo Marco Aurelio saliera, llegó el día,
inocente de amores, perdido en su mundo parecía.
Aconsejado por la Reyna Cirinea,
el Rey  Romeo, a su hijo Marco Aurelio tres doncellas presento le,
de los jardines más hermosos, tres rosas parecían
tres princesas encantos y virtudes rebozaban,
bellos sus ojos el castillo destellaban,
celestiales parecieran su sonrisas y su risas y su canto angelical,
de jazmin aquel aire impregnaban,  
tres sirenas, mas que andar, danzar como cisnes parecieran.
Sin novedades para el principe, de aquellas princesas la reunion culminaría,
ausente en su estancia Marco Aurelio parecía...
A  pasear al bosque, al día siguiente el principe saldría,
que el mundo exterior Marco Aurelio conociera, el Rey Romeo pretendía.  
Con su corte hacia al bosque, Marco Aurelio marcharía.  
En su pecho la incertidumbre se batía...
Recomendaciones el Rey Romeo, a su hijo repartía...
Por confusón, de pronto, pérdido en el bosque, Marco Aurelio encontro se,
asustado y dando voces, Marco Aurelio preocupo se,
medio día en aquel bosque cabalgo se...
En la rivera del río, una sorpresa encontro se,
una plebella mal vestida y polvorienta,
en su cuello de sorpresa le salto se,
un ardiente y mal oliente beso, en los labios a Marco Aurelio ella le dió se,
como cabra de alegría ella brincaba,  
mientras al río, gracias ella le daba,
"gracias río querido! A mi príncipe encantado me has traído",
perplejo de aquel encuentro Marco Aurelio quedaría,
aunque encantado de aquel beso parecía,
un monólogo femenino dede aquel día escucharía,
mientras con su cabeza asentía...
Montada en su corsel, aquella chica al castillo él llevaría.  
Aquel evento gran sorpresa en el reino causaría.
Hola padre!  
Hola hijo!  Te extranaba.
Perdido en el bosque has estado, gracias a Dios, sano y salvo has retornado.  
Marco Aurelio contesto le:
A Dios gracias y Martina, siendo ella que al Castillo encamino me.
A ella cortejar quiero, padre mío...
Pero!...  
Una plebella es, hijo mío,
pero en el corazón nadie manda, padre mío.
Aquella relación, el Rey Romeo no aprobaría.  
Desde aquel día, Marco Aurelio por los ojos de Martina miraría...
En reveldía y enamorado como tonto, el príncipe Marco Aurelio pronuncio se...
Hasta aquel día...
En que...
En el regazo de un sirviente, cabalgando a Martina encontro se!
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